domingo, 30 de janeiro de 2011

ANGELUS!

Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas, blancas, sin color... Diríase que el cielo se deshace em rosas. Mira cómo se llenan de rosas la frente, los hombros, las manos... Qué haré yo com tantas rosas?

Sabes tú, quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es, que enternece, cada dia, el paisaje y lo deja dulcemente rosado, blanco y celeste - más rosas, más rosas-, como un cuadro de Fra Angélico, el que pintaba la gloria de rodillas.

De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra. Cual en una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el tejado, en los árboles. Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno, delicado. Más rosas, más rosas, más rosas...

Parece, Platero, mientras suena el Ángelus, que esta vida nuestra pierde su fuerza cotidiana, y que outra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas que se encienden ya entre las rosas... Más rosas... Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.*



* Trecho de Platero y yo, do escritor espanhol Juan Ramón Jiménez Mantecón. Dica e fotografia de Amrita Iriarte.

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