domingo, 17 de dezembro de 2017

Juan Blanco, filosofo e maestro de escritores...

Juan Blanco (Sevilla, 1928/ es, sin duda, el último griego vivo. Griego en el sentido germinativo en que lo fueron los presocráticos y Aristóteles. Su vida es una prolongación natural del hecho de leer, vale decir de escuchar; de ahl que su asentamiento vital. su lugar en el tiempo, esté regido por la conversación, por el hecho inapresable de hablar; no tiene limites, por tanto, y escapa a las categorias de la realidad. Es imposible imaginar a Juan Blanco sin algún interlocutor; sin embargo, como Sócrates, evita la vida pública, y su regimen es una existencia determinada por la función lógica de las palabras. Pero este formidable pedagogo sin normas ni leyes, este ágrafo con vocación de texto, alto, casi gigantesco, de andares lentos, fumador incansable, a quien el humo le recubre de irrealidad, reclina siempre su noble cabeza, digna de un personaje de saga islandesa, y en su compañia, al lado de su palabra, se siente la inminencia de un orden que hace más habitable el mundo y que otorga a quien le escucha la dignidad de estar vivo, más que por los pulsos de la sangre, por la pulsi6n del habla. Juan Blanco es un sabio, en el sentido lato, y también sublime, del término; alguien que lo sabe todo, cuyas respuestas no son nunca consignas, sino el acceso a una mejora de la condición humana. lo ha leido todo, pero siempre vuelve a Aristóteles, a la ciudad de Atenas, a aquellas calles que originaron el milagro griego y toda la cultura de Occidente.
l.

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