domingo, 26 de março de 2017

Belen Gopegui . Madrid , 1963.....



Esta escritora , que entiende la Literatura como un arma contra el poder....nos anda inspirando, enamorando y asistimos fascinando a su impecable lirismo.
Además de un posicionamiento, hay un riesgo y un acto generoso: renunciar al yo íntimo por un nosotros más áspero, al resorte que funciona en aras de la pertinencia social. El compromiso de Gopegui es el de renunciar a que su obra literaria sea un mundo cerrado, hermoso, radical, inquietante o dócil pero, por encima de todo, inútil. Un objeto sin otra función que entretener, gustar y gustarse, conciliar a autor y lector con la idea de animal pasivo de ambos, pero, eso sí, con la buena conciencia que da el generar uno y embucharse cultura el otro. En mi opinión, eso naufragaba tanto en Deseo de ser punk (2009) y, especialmente, en Acceso no autorizado (2011). Sin embargo, la literatura de la autora madrileña se rearma en El comité de la noche acercándose —es un suponer— a lo que su autora pretende de un libro que sirve para ser leído con intencionalidad como para ser lanzado contra los escaparates del Poder. La novela parte de una noticia extraída de la realidad: la oferta de una multinacional farmacéutica de comprar sangre a los parados que acepten donarla. La paleta de connotaciones morales se mostrará a lo largo de toda la novela, huyendo del maniqueísmo en la medida que lo desea su autora, e insertando el dedo en el enchufe de la privatización de la sanidad pública. Pero el zoom de Gopegui va más allá: el Poder ha de ser fiscalizado y vigilado, combatido y expurgado desde el compromiso social e individual. Por fortuna, la sopa no nos la sirve Gopegui ni helada ni hirviendo.

Escribir y leer son un acto imaginativo: transformas una emoción en imaginación a través de la conciencia.
                    Belen Gopegui

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