quarta-feira, 19 de abril de 2023

Algunos Poemas............disfrutad....

Poemas


 De lo que soy (Raúl Gómez Jattin) 


En este cuerpo

En el cual la vida ya anochece 

Vivo yo 

Vientre blando y cabeza calva 

Pocos dientes 

Y yo adentro 

Como un condenado 

Estoy adentro y estoy enamorado 

Y estoy viejo 

Descifro mi dolor con la poesía 

Y el resultado es especialmente doloroso 

Voces que anuncian: ahí vienen tus angustias 

Voces quebradas: pasaron ya tus días. 


La poesía es la única compañera 

Acostúmbrate a tus cuchillos, 

Que es la única. 



Poema de los dones (Jorge Luis Borges) 


Nadie rebaje a lágrima o reproche 

esta declaración de la maestría 

de Dios, que con magnífica ironía 

me dio a la vez los libros y la noche. 


De esta ciudad de libros hizo dueños 

a unos ojos sin luz, que sólo pueden 

leer en las bibliotecas de los sueños 

los insensatos párrafos que ceden 


las albas a su afán. En vano el día 

les prodiga sus libros infinitos, 

arduos como los arduos manuscritos 

que perecieron en Alejandría. 


De hambre y de sed (narra una historia griega) 

muere un rey entre fuentes y jardines; 

yo fatigo sin rumbo los confines 

de esta alta y honda biblioteca ciega. 


Enciclopedias, atlas, el Oriente

y el Occidente, siglos, dinastías, 

símbolos, cosmos y cosmogonías 

brindan los muros, pero inútilmente. 


Lento en mi sombra, la penumbra hueca 

exploro con el báculo indeciso, 

yo, que me figuraba el Paraíso 

bajo la especie de una biblioteca. 


Algo, que ciertamente no se nombra 

con la palabra azar, rige estas cosas; 

otro ya recibió en otras borrosas 

tardes los muchos libros y la sombra. 


Al errar por las lentas galerías 

suelo sentir con vago horror sagrado 

que soy el otro, el muerto, que habrá dado 

los mismos pasos en los mismos días. 


¿Cuál de los dos escribe este poema 

de un yo plural y de una sola sombra? 

¿Qué importa la palabra que me nombra 

si es indiviso y uno el anatema? 


Groussac o Borges, miro este querido 

mundo que se deforma y que se apaga 

en una pálida ceniza vaga 

que se parece al sueño y al olvido. 


El Puro No (Oliverio Girondo) 


El no 

el no inóvulo 

el no nonato 

el noo 

el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan 

y nooan 

y plurimono noan al morbo amorfo

noo no démono 

no deo 

sin son sin sexo ni órbita 

el yerto inóseo noo en unisolo amódulo 

sin poros ya sin nódulo 

ni yo ni fosa ni hoyo 

el macro no ni polvo 

el no más nada todo 

el puro no 

sin no 



Cambios de nombre (Nicanor Parra) 


A los amantes de las bellas letras 

Hago llegar mis mejores deseos 

Voy a cambiar de nombre a algunas cosas. 


Mi posición es ésta: 

El poeta no cumple su palabra 

Si no cambia los nombres de las cosas. 


¿Con qué razón el sol 

Ha de seguir llamándose sol? 

¡Pido que se llame Micifuz

 El de las botas de cuarenta leguas!


 ¿Mis zapatos parecen ataúdes? 

Sepan que desde hoy en adelante 

Los zapatos se llaman ataúdes. 

Comuníquese, anótese y publíquese 

Que los zapatos han cambiado de nombre: 

Desde ahora se llaman ataúdes. 


Bueno, la noche es larga 

Todo poeta que se estime a sí mismo 

Debe tener su propio diccionario 

Y antes que se me olvide 

Al propio dios hay que cambiarle nombre 

Que cada cual lo llame como quiera: 

Ese es un problema personal. 



Alba (José Luis Díaz-Granados) 


Para mi loca vida, al mediodía 

un día más día que todos el sol regó la lluvia

 y el alba al mediodía aún era alba,

 más sutil que un minuto transparente

 y más minuto que un océano eterno. 

Cisterna pura donde cabe mi ser entero, 

mar de rocío que me acaricia incesante, 

patria perenne de mi corazón, 

jaula donde descansa para siempre mi alma. 

Alba-luz, Alba-sol, Alba-marina,

Alba-día, Alba-siempre, Alba-del-alma, 

Alba hoy, Alba-azul, Alba-de-julio, 

Alba-amor, Alba-esposa, Alba-dormida, 

Alba-verso, Alba-única, Alba-mía. 


Navío, vasija, cueva, balandra de mis sueños, 

gaveta donde guardo todos mis pensamientos, 

cofre donde se esconde mi sonrisa, 

donde moran mis ansias y mis recuerdos.


 Alba, norte presente, norte eterno, 

carne mía, mi sombra, mi gemela, 

mi compañera loca, mi pulsera, 

mi mágico aposento, mi pequeño castillo, 

donde habita el amor definitivo. 



Leticia (Juan Carlos Galeano) 


El sol y las nubes juegan cartas para ver quién se queda con el mediodía. 

Las nubes ganadoras dejan caer peces y delfines en las calles de Leticia. 

(Si pierden, bajan a tomar el sol con los turistas). 

Los peces trabajan de taxistas y al anochecer suben a dormir en las estrellas. 

En los patios de las casas los delfines tocan sus guitarras y enamoran a las muchachas. 

El corazón ardiente de una nube dice que no puede competir más con el sol. 

Se emborracha y se tira con sus ropas al río. 

El sol trabaja todas las noches como tragacandelas del circo que viaja por el río 

y después se baña con los delfines y las muchachas.

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