segunda-feira, 29 de outubro de 2018

Filiación del rocío (pedacito)


La mañana inicial sube embestida por la luz
principal y entrañable;
ya está nupcial soltando las palomas
entre la adolescencia de los árboles,
buscándolo,
tocándole lo verde que anda en la arbolada de su sangre,
lo verde flor que es él cuando amanece,
cuando amanece flor a flor de labios:
todavía aromado,
aún simiente,
aún simiente aroma enamorado,
amanece,
despierta lentamente por regiones de luz,
a pasos cálidos,
mientras que, panza arriba, el sol paterno
pasa sobre los humos del verano,
bebiéndolo,
lamiéndole la índole,
abriéndole la puerta de los párpados
por donde entra el día hasta su boca,
hasta su corazón verde y oceánico;
sube, viene,
lo busca la mañana
y aún tiene en la piel mujer y mosto,
su mujer moscatel en el costado,
dormida todavía como greda,
gredosa e inocente a su costado,
como greda dormida en la inocencia del barro maternal
que está soñando;
así,
tirado así de las raíces,
Lucas Romero asume la mañana.


Armando Tejada Gomez

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